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domingo, 20 de enero de 2013

[2] 1987. Día de la Raza, 1917; Juventudes Políticas; 11 de Octubre, Presentación Parlamentaria; La prensa de derecha se enfurece, DOCUMENTOS


1987
Dibujo, boceto de Carlos Biscione


Decreto del 12 de octubre (1917)[1]

“ACTOS DEL PODER EJECUTIVO. Ministerio del Interior. Declarando fiesta Nacional el día 12 de Octubre.
Buenos Aires, octubre 4 de 1917.
“Visto el memorial presentado por la Asociación Patriótica Española, a la que se han adherido todas las demás sociedades españolas y diversas instituciones argentinas, científicas y literarias, solicitando sea declarado feriado el día 12 de Octubre, y
Considerando:
1° Que el descubrimiento de América es el acontecimiento de más trascendencia que haya realizado la humanidad a través de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores se derivan de este asombroso suceso que al par que amplió los lindes de la tierra abrió insospechados horizontes al espíritu:
2° Que se debió al genio hispano -al identificarse con la visión sublime del genio de Colón- efemérides tan portentosa cuya obra no quedó circunscripta al prodigio del descubrimiento, sino que la consolidó con la conquista, empresa ésta tan ardua y ciclópea que no tiene términos posibles de comparación en los anales de todos los pueblos;
3° Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático y magnífico el valor de sus guerreros, el denuedo de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, las labores de sus menestrales; y con la aleación de todos estos factores, obró el milagro de conquistar para la civilización la inmensa heredad en que hoy florecen las naciones a las cuales ha dado, con la levadura de su sangre y con la armonía de su lengua, una herencia inmortal que debemos de afirmar y de mantener con jubiloso reconocimiento.
El Poder Ejecutivo de la Nación-
DECRETA:
Art. 1° Declárase fiesta nacional el día 12 de Octubre.
Art. 2° Comuníquese, publíquese, dése al Registro Nacional y archívese.
IRIGOYEN - R. Gómez - D. E. Salaberry - P. Alvarez de Toledo - S. Salinas - H. Pueyrredón - Elpidio González - Pablo Torello.”





Presentación parlamentaria (1987)
11 de octubre Día de la Soberanía de América Latina y el Caribe [1]

“La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:
Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional declare el día 11 de octubre como Día de la Soberanía de América Latina y el Caribe, comprendido en las disposiciones correspondientes a los feriados nacionales laborales.”

FUNDAMENTOS
“Señor presidente:
La elección del 11 de octubre como Día de la Soberanía de América Latina y el Caribe está hecha por su carácter simbólico, en tanto representa el último día de la libertad y soberanía de los originarios habitantes de nuestro continente, y se define por oposición a lo que nuestra historia oficial conoce como el descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1492.
El denominado descubrimiento de América en 1492 lo es sólo en relación al conocimiento que del mundo tenía Europa en ese momento. El concepto mismo de descubrimiento posee connotaciones euro céntricas, en tanto encierra, por un lado, una idea implícita según la cual el mundo comienza a vivir con la llegada de los conquistadores y por otro una idea explícita por la cual el mundo no deviene en objeto de la historia sino con la entrada en escena de los europeos. El calificativo de nuevo dado a este mundo significa que sólo lo es para Europa.
América entra en la historia de Occidente a fines del siglo XV a raíz de la expansión colonial europea, y de la conquista y colonización de los nuevos territorios. Sin embargo, éstos no eran espacios vacíos, sino que los habitaban pueblos sustentadores de diferentes sistemas políticos, socioeconómicos y culturales. Cuando los españoles irrumpieron en América, los pueblos americanos habían desarrollado culturas adecuadas a la diversidad geográfica del continente, así como diversos grados evolutivos; estaba en su apogeo el Tawantinsuyo, mal llamado imperio inca, que se extendía sobre lo que hoy llamamos Perú, Bolivia y Ecuador, abarcaba parte de Colombia y de Chile y llegaba hasta el norte argentino y la selva brasileña; la Confederación de los Aztecas había conquistado un alto nivel de eficiencias en el valle de México, y en Yucatán y Centroamérica la civilización espléndida de los mayas persistía en los pueblos herederos, organizados para el trabajo y la guerra.
Cabe recordar que Tenochtitlán tenía entonces unos 300.000 habitantes, mientras que Sevilla no pasaba de 120.000, Lisboa 100.000 y Madrid de 60.000. La pirámide de Cholula, ya destruída, era más alta que la de Keops. Copán era una ciudad universitaria. Al construírse la catedral de México, una de las seis más importantes del mundo cristiano y la primera de América, su base apenas cubría una parte del área ocupada por la pirámide que existía a la llegada de Hernán Cortés. En los albores del siglo XVI no había en Europa templo mayor que la pirámide del Sol de Teotihuacán. También el Cuzco era superior a cualquier ciudad española, y había en el territorio Inca puentes colgantes de hasta 135 metros. La civilización maya cubre 2.700 años de historia a partir del año 1000 antes de Cristo, conocían el cero y poseían un calendario de 365 días, mucho más exacto que e gregoriano de 1582.
Las investigaciones recientes mejor fundadas atribuyen al México precolombino una población que oscila entre los 25 y 30 millones de habitantes, mientras se estima que había una cantidad semejante de aborígenes en la región andina; América Central y las Antillas contaban entre 10 y 13 millones de habitantes. Los indígenas de las Américas sumaban no menos de 70 millones y quizás más, cuando los conquistadores aparecieron en el horizonte; un siglo y medio después habían quedado reducidos, en total, a sólo 3.500.000.
El desembarco de Cristobal Colón constituye en verdad un cubrimiento, al decir de Arciniegas, de la auténtica historia de América, el comienzo de la negación de esa historia, ya que en general se difunde una información escasa y tergiversada sobre aquel período histórico, al cual favorece una visión laudatoria de la acción conquistadora de España, definida como civilizadora, claro que sin mencionar los datos de la masacre -ya en los primeros 50 años de esta cruzada civilizadora la población de América había quedado reducida a un 25%- , pues si bien se admiten algunos excesos y la codicia de los conquistadores por el oro y la plata, todo ello es compensado por la acción de la iglesia católica y su misión evangelizadora que habría aportado inmensos beneficios espirituales a los sobrevivientes de aquel genocidio.
La conquista y colonización del continente americano fue realizada por las mayores potencias de Europa de los siglos XV y XVI. Comenzó España, seguida casi de inmediato por Portugal y Francia. Sucesivamense se agregaron Inglaterra y Holanda. Estas empresas americanas fueron paralelas a la constitución de los primeros Estados nacionales en Europa; en términos generales, formaron parte integrante del proceso de acumulación primitiva capitalista, que constituyó la premisa histórica para el desarrollo de la moderna sociedad burguesa.
La lógica de movimiento de la conquista europea del continente americano se fundó, precisamente, en el saqueo, en el robo sistemático y en gran escala, en la disputa interminable de los tesoros saqueados.
El enriquecimiento desmesurado del conquistador se produjo entonces, a costa del desalojo del conquistado, quien debió adecuarse a la situación de dominio o sucumbir. El conquistador a su vez, trajo una cultura que le otorgará a su acto de avasallamiento una justificación en la superestructura, legitimándolo en el plano institucional.
El 12 de octubre de 1492, marcado en la historia como el Descubrimiento de América o también Día de la Raza, se inició para los pueblos de esta región pues, su historia como colonias de los países llamados desarrollados o centrales, es decir, el comienzo de nuestra dependencia, y el establecimiento de un vasto sistema de dominación que la perpetúa, que ya lleva cinco siglos y que es el punto de partida de todas nuestras miserias e injusticias aún vigentes y actualizadas. Pues desde hace casi 500 años vivimos pendientes y dependientes de las decisiones que se toman en las metrópolis o centros de poder. Estos últimos han ido cambiando de “sede” a lo largo de la historia -primero España, luego Inglaterra y finalmente EE.UU., pero la situación de los pueblos sometidos a sus imposiciones ha sido siempre la misma: la enajenación forzosa y forzada de nuestra fuerza de trabajo y nuestras riquezas naturales, que se convierten en bienes de consumo y valor económico para los países dominantes.
Frente a toda esta cruda realidad resulta imperativo rescatar las raíces y afirmarse en ellas, reconociendo en el pasado la experiencia, pues la historia es la memoria de los pueblos, que clarifica el presente e ilumina el futuro, pues un pueblo desvinculado de su pasado es un pueblo sin porvenir propio. Y con este proyecto pretendemos plantear una interpretación distinta y diferenciada de la historia de nuestra América, no una negación de esa historia o una modificación, ya que la misma es irreversible y ello resultaría, cuanto menos, descabellada. Sin embargo, advertimos que en mirarse con los ojos del conquistador ha estado el pecado mortal de América, la causa de las distorsiones que durante tanto tiempo nos han cerrado el camino a la plenitud. América no ha hecho aún su propia historia, sino que ha pretendido vivir la historia de la cultura europea, dice Leopoldo Zea, o sea, como su eco y su sombra.
Es necesario, entonces, apoderarse del futuro, no delegar en nadie esta potencialidad, pues “la humanidad espera algo más de nosotros que esa imitación caricaturezca y en general obscena” (F.Fanon) de la cultura europea.
Es menester, en consecuencia, indagar en nuestra historia, en nuestro ser concreto, única forma de arribar a lo esencial americano, a esa autodefinición sin impostaciones que es el presupuesto de todo verdadero proceso descolonizador; pues de lo que aquí se trata es de terminar con este colonialismo, que encubierto de mil formas, se prolonga hasta nuestros días, conformando una cultura alienante en la que somos formados -más bien deformados- con mentalidad periférica y dependiente, para consumir y asumir críticamente los diversos modelos que en cada área: economía, política, ciencia, arte, etcétera, nos envían los centros de poder dominantes. Por ello “las naciones americanas debieran adquirir la conciencia de su propia cultura, para emanciparse de veleidades extranjerizantes, y para servir al advenimiento de una cultura continental americana” (Ricardo Rojas).
Por todo lo expuesto queremos reivindicar el 11 de octubre como una fecha para la toma de conciencia de nuestros valores originarios y una afirmación de nuestra vocación de hombres dignos, amantes de la libertad y la paz, y respetuosos del principio de autodeterminación de los pueblos; fecha que no sólo constituye un imprescindible principio de reparación y justicia histórica, sino que expresa per se un profundo contenido antiimperialista y anticolonialista, de fraterna solidaridad con los pueblos latinoamericanos y caribeños en lucha por su democracia y su emancipación.
Diversas manifestaciones de la cultura, algunas poco conocidas de la política en el continente, quienes vienen promoviendo la denuncia del festejo en torno al 12 de octubre, han optado por establecer un punto de referencia diferenciado de esta fecha, el 11 de octubre, buscando con una actitud positiva -alejados tanto del antihispanismo como del indigenismo trasnochados- provocar adhesión, pero con sentido inverso a la visión colonizadora. Esa reivindicación, según el criterio de interpretación aplicado, evoca al 11 de octubre como Día de la Soberanía Indo americana o bien Día de la Soberanía de América Latina y el Caribe.
En nuestro país, han sido en general las organizaciones indígenas las únicas expresiones orgánicas que sustentaron esta posición. Sin embargo, las Juventudes Políticas Argentinas, han sumado su reconocimiento en 1986, mediante una declaración efectuada en esa oportunidad.
De allí que frente a la enorme trascendencia histórica que contiene esta fecha, consideramos imprescindible su institucionalización como efemérides, que nos conecta con las más hondas raíces de nuestra americanidad, y cuya sola evocación constituye un reconocimiento a nuestros históricos lazos comunes con los hermanos pueblos de nuestro continente.
-A la Comisión de Legislación General.”





[1]. TRAMITE PARLAMENTARIO N° 94, Cámara de Diputados de la Nación, 2 de octubre de 1987. Proyecto de declaración (reproducción completa del documento). Fue firmado por 10 diputados nacionales (DC-MPN-PI-PJ-UCR), Raúl O. Rabanaque - José P. Aramburu - Angel A. J. Bruno - Osvaldo F. Pellin - Roberto S. Digón - Lucía T. N. Alberti - Eduardo P. Vaca - Carlos G. Spina - Olga E. Riutort de Flores - Marcelo M. Arabolaza; impulsado desde el bloque del PI.
De HUAICO Nro. Aniversario, enero de 1988.



En éstas ediciones de la revista HUAICO iniciamos los primeros pasos junto al CEHYSO, justamente cuando mudábamos a San Salvador de Jujuy la dirección y distribución. Los tres números fueron impresos en offset en la ciudad de Salta, no de la forma tradicional mimeografiada con xilografías en las tapas, lo que significó triplicar su tirada y posibilitar la distribución por distribuidora de diarios y revistas de las provincias de Salta, Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán: única experiencia de las dos revistas y un periódico tabloide.




LA DERECHA SE PUSO LOCA, COMO LE IBAN A TOCAR LA IDENTIDAD COLONIAL, O SEA SU IDEA DE "PATRIA", HABIAN OFENDIDO A LA "MADRE PATRIA", CANALLAS!, A CONTINUACIÓN ALGUNOS RECORTES DE LOS DIARIOS MAS PRESTIGIOSOS DE LAS PRINCIPALES CIUDADES, TENIENDO EN CUENTA QUE EXPRESIONES SIMILARES SE HAN EDITORIALIZADO Y TRATADO EN TODOS LOS RINCONES DEL PAIS.
LA NUEVA PROVINCIA, Bahía Blanca, 12.10.1987
LA CAPITAL, Rosario, 18.10.1987

LA PRENSA, Buenos Aires, 21.10.1987

LA NACION, Buenos Aires, 25.10.1987
LA CAPITAL, Mar del Plata, 5.11.1987

Ese grado de reacción de la derecha empujó a uno de sus integrantes a una acción de denuncia con carácter de "botoneada" (volviéndose a generar problemas en la seguridad de HUAICO y sus integrantes), por un pasquín periodístico de los antiguos Servicios de Inteligencia de la Marina, como acción histérica a los avances de la temática y de la discusión de la identidad cultural de los argentinos. En 1988, en Buenos Aires, hicimos presentaciones, consultamos abogados y tuvimos solidaridad política, cultural y de derechos humanos. Fue una infamia de un fantasma subversivo que montaba la derecha pro-militar y golpista, que no impidió la salida de HUAICO pero cumplió su cometido.
A mitad de año, el compañero encargado de la seguridad tiene entrevistas en Jujuy con los encargados de inteligencia y jefes militares del Regimiento de Infantería de Montaña 20, entre ellos con el Coronel Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores (detenido en Jujuy en 2011 por causas de violación a los derechos humanos en la dictadura). Como todo golpe bajo duele más, se inicia la descomposición del grupo editor jujeño y seguramente, un antecedente determinante de futuros problemas judiciales de su director, Gabriel Morales.
EL RECLAMO DE LOS INDIGENAS

DE CARLOS MARX[1]
  
Intensa actividad indigenista iniciaría a partir de 1988 el Partido de los Traba­jadores, em­peñado en aparecer ante la opinión pública como desvinculado del ERP (Ejército Revolu­cionario del Pueblo).

No sería ajeno a este esfuerzo el traslado a Jujuy de la oficina central de la re­vista "Huaico", dirigida por Gabriel Morales y Enrique Marcó del Pont, con colaboración de Manuel Justo Gaggero, Ricardo Braunstein y Eduardo Galeano, escritor uruguayo que estuvo exiliado durante 10 años en Francia.

El indigenismo, que habla de "120 nacionalidades que habitan lo que se consi­dera te­rritorio de la Argentina", tiene en su acepción marxista-leninista estre­chas vincula­ciones con los movimientos guerrilleros del Perú, principalmente con Sendero Lu­minoso y Tú­pac Amaru. El Centro Kolla de Buenos Aires se­ría, a su vez, una de las entidades dirigi­das por los extremistas.

A todo esto se suma que, en Salta, activistas del Partido Comunista, del ERP y de Monto­neros están dedicándose a la captación de indígenas en las zonas ru­rales.

La actividad desplegada tiende a crear un clima de insatisfacción y resenti­miento re­avivando antiquísimos problemas que la historia ya había superado.[2]



[1]. Nota aparecida en Prensa Confidencial, "servicio de informaciones", Buenos Aires, 4 de di­ciembre de 1987, V época - año XX - Nº 2033, pag. 2. Director: Jorge Vago; mimeografiada, 5 pp.
[2]. El efecto buscado por la botoneada-denuncia fue más allá de su objetivo. Por una parte caí­mos en la trampa de la democracia. Consultamos con una decena de abogados especialistas en este tipo de hechos: desde organismos de derechos humanos hasta de partidos políticos, y no podíamos hacer demanda o denuncia por calumnias e injurias porque amparados ese pas­quín de los servicios en la libertad de expresión y de prensa, sus supuestos fueron armados de tal ma­nera que no involu­craban denuncia alguna pero que formalmente servían para ello. De haber realizado una demanda formal hubiéramos sido HUAICO los demandados por calumnias e injurias y además violación a derechos constitucionales. De ironía a bronca, tuvimos que "tragarnos el sapo", justo cuando ini­ciábamos la tarea en Jujuy, diluyéndose prácticamente el grupo editor Jujuy y las bases en que nos asentábamos para el traslado de trabajo cultural. Tampoco hablaba bien de esos compañeros, que más allá de razones de seguridad, iban de­mostrando un descompromiso con posiciones sustentadas y sobre todo, con una ideología que suponía nacional y popular. Lástima que necesitáramos la di­famación para probar con quien contábamos. También se equivocaron en "inteligencia" del regi­miento local, cuando el coronel en la jefatura, dice a nuestro "interlocutor" el famoso "dime con quién andas y te diré quién eres", pero eso no les importaba, en democracia la botoneada inven­tada por un alcahuete de la dictadura de San Pedro (Jujuy) y pasado a su amigo Vago de Bs.As., inicia el declive de la ac­tividad editorial y cultural de HUAICO.
De HUAICO. Identidad y Reflexión, pág. 295.

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